Se acercan las Navidades y todos sabemos que suelen ser sinónimo de excesos poco saludables, sensación de hinchazón constante y aumento de peso. Las comidas de empresa, las cenas familiares, el turrón, los mazapanes, el vino o el champán no nos sientan nada bien y cada año nos prometemos que no volveremos a caer en los mismos atracones.
Pues bien, ha llegado el momento de cumplir con lo prometido. Disfrutar de las Navidades sin atracones ni excesos es posible. No hace falta renunciar a las comidas y cenas deliciosas, basta con tener un poco de control sobre lo que comemos, cómo lo comemos y cuánto comemos de cada cosa. La clave, como siempre, es el equilibrio. Te explicamos cómo conseguirlo.
Antes de las Navidades
Aún estás a tiempo de preparar tu cuerpo para lo que se le viene encima. Varios días en los que, por mucho control que tengas, siempre vas a consumir más comida de lo habitual y varios alimentos poco saludables.
La mejor manera de prepararte es llevar durante los días que quedan antes de Navidad una dieta lo más saludable posible, con abundancia de frutas y verduras (esas que van a quedar eclipsadas seguramente en Navidades por abuso de carnes y postres dulces).
Es importante mantenerse bien hidratado, ya que el alcohol y las comidas copiosas tienden a deshidratarnos.
En los días previos, disminuye en lo posible el consumo de sal y de grasas saturadas y apuesta por una dieta mediterránea variada y baja en calorías.
Durante las fiestas
De poco sirve ‘portarte bien’ los días previos a las Navidades si en cuanto llegan las fiestas te rindes ante todo tipo de excesos navideños. Mantener el control y compensar comidas más copiosas con otras más ligeras será la clave para evitarlo.
En un restaurante
Si vas a comer a un restaurante ten en cuenta que en la carta siempre existen opciones más o menos saludables y que está en tu mano elegirlas.
Optar por pescados en vez de carnes y por verduras de acompañamiento en vez de salsas o patatas es una estupenda forma de mantener el control y evitar excesos navideños. Lo mismo ocurre con los aperitivos (mejor a la plancha que fritos) y los postres (cuanto más naturales, mejor). No se trata de que renuncies a nada, sino de que a la hora de elegir tengas siempre en mente qué opción es más saludable y que compenses.
Si te mueres por un postre de chocolate, pide mejor un pescado a la plancha de primer plato. Si la carne en salsa con patatas te llama poderosamente, pasa del postre o pide fruta.
En casa de familiares o amigos
Cuando te invitan a comer o cenar a una casa ajena no tienes opción de elegir el menú, pero sí de decidir la cantidad que vas a comer de cada plato. E, incluso, de saltarte alguno si consideras que la oferta del menú es excesiva.
En tu casa
Si la comida o la cena se celebra en tu casa, tú tienes la sartén por el mango. Es el momento de diseñar un menú tan delicioso como saludable, sin sobrecargar en exceso los platos.
Apuesta por aperitivos a la plancha, pon una sopa o consomé de primer plato y evita en lo posible platos principales llenos de salsas y acompañamientos poco saludables.
¿El postre? Siempre mejor casero y con la menor cantidad de grasas y azúcares posibles.
Si vas a poner turrones y mazapanes asegúrate de no comprar de más, de lo contrario acabarás comiéndotelos tú durante toda la semana.
Después de Reyes
Disfrutar de las Navidades sin atracones es posible, pero por mucho que nos controlemos lo normal es que en esos días hayamos consumido azúcares y grasas de más. Por eso tras las fiestas llega el momento de depurar con una dieta similar a la que proponemos para antes de Navidades.
Beber mucha agua, aumentar el consumo de frutas y verduras, reducir la sal y las grasas te ayudará a recuperarte más rápidamente. Si además lo acompañas con algo de ejercicio diario, tu cuerpo seguro que te lo agradecerá. Y tú, ¿te has propuesto unas Navidades más saludables? ¿Crees que lo conseguirás? Déjanos tu comentario.
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